¿Cómo que no me puedo quedar con mis perros?
🐾 Cuando dos personas se separan… ¿quién se queda con los peludos?
😔 Andrea tuvo que pasar por esa situación con Blue y Leah.
Yo a Andrea la conozco desde el colegio, y si algo tuve claro siempre, es que ella siempre iba a tener perros en su vida.
Que yo recuerde durante su vida: Bolillo, Lola, Bruno, Miti, no sé si me dejo alguno… y por supuesto ahora Blue y Leah.
Andrea no hablaba nunca de tener novio, ni de casarse cuando fuera mayor, sino que hablaba de los perros que le gustaría tener en su casa (aunque igual se acabó casando).
Bueno, se casó y aquello no duró mucho.
Y no pasa nada, la vida sigue. Ella no estaba muy afectada con todo esto de la separación, salvo por un detalle…
😰¿Quién se queda con los perros?
ANDREA:
“Que él se quede con el carro, con su televisor de dos metros, con los muebles de la sala, con la cama grande y con toda la cocina si quiere… pero no soporto que me esté queriendo joder con mis perros”
Tema complicado.
Seguro que conoces a alguien que ha pasado por algo parecido.
Primer intento de solución: Fracaso
😕 ¿Custodia compartida como se hace con los niños?
¿Uno se queda con los perros y el otro los visita los fines de semana?
Veamos…
❌ ”Yo los compré, los perros son míos”
Esa fue la primera reacción de Andrea.
Pero no, no funciona así (además, los perros estaban a nombre de él 😵)
Si Andrea decidía «secuestrar» a los perros sin más, se estaba arriesgando a una demanda como su abogado del divorcio le advirtió.
Así que aunque no podía estar más enojada con el tema, se sentó a hablar con su ex-esposo para intentar llegar a un acuerdo amistoso por el bien de los perros.
La conversación duró como un minuto… y nada, no hubo acuerdo, porque ambos querían quedarse con los perros para siempre y decidieron que mientras llegaban a un acuerdo, harían turnos:
Una semana ella tendría a los perros y otra semana él.
Terrible (de momento).
ANDREA:
“Lo peor es que tengo que seguir viéndole la cara una vez a la semana cuando voy a por los perros…”
Segundo intento de solución
Andrea quería resolver eso rápido, así que empezó a consultar a gente: abogados, adiestradores… toda persona que pudiera ayudarla a poder estar el mayor tiempo posible con sus perros legalmente sin depender de su ex-esposo.
Paso #1: Abogado
Primero, Andrea buscó un abogado experto en temas de familia y en la primera consulta ya le avisó:
EL ABOGADO:
“Mira, Andrea, los perros están a nombre de él, así que si quieres pelear que te los quedas tú, vas a necesitar pruebas para demostrar que esos perros necesitan estar contigo y tú con ellos…”.
No sé qué qué te está pareciendo la historia, pero estas cosas pasan hoy en día con mucha frecuencia, y para ganar un caso así con mascotas de por medio si hay que llegar a juicio, hay que argumentar temas como:
✅ Quién tiene más habilidad y disposición para cuidar a los peludos.
✅ Justificar la relación afectuosa entre las mascotas y cada dueño.
✅ Hablar de la relación del perro con los niños (hay países que dan preferencia a quien tenga la custodia de los pequeños).
✅ Historial de violencia familiar…
😔 Es decir: Da igual si tú lo compraste, da igual a nombre de quién estén las mascotas…
Un juez (si la cuestión llega a juicio), decidirá qué hacer con las mascotas según las pruebas que tenga sobre cómo esas mascotas van a tener un mayor bienestar.
En todo caso, el abogado le recomendó a Andrea intentar no ir a juicio:
“Vamos a prepararte bien y después vuelves a hablar con tu ex-esposo. Primero, ve a ver a un adiestrador…”.
Paso #2: Adiestrador
Siguiendo el consejo de su abogado, Andrea buscó a una adiestradora y ahí el panorama se empezó a aclarar.
Le contó toda la situación:
Cómo es ella quien les pone su comida día a día, los saca a pasear, los lleva al veterinario cuando hace falta, siempre los baña…
La adiestradora vio clarísimo que el vínculo de Andrea con sus perros es muy fuerte. No solo por lo que ella le contó en esa conversación, sino por cómo los perritos demostraban ahí mismo, mientras ambas estaban hablando.
LA ADIESTRADORA:
“Andrea, yo veo clarísimo que tus perritos están mucho más unidos a ti que a tu ex-esposo. Están incómodos con él si todo eso verdad, pero, ¿tienes imágenes o videos en los que se vea lo que me cuentas? Si tienes esas pruebas, yo te hago un informe que nadie podrá discutir«
«¡Claro que sí!»
Andrea preparó todo el material para que la adiestradora pudiera hacer su informe. Le envió:
✅ Un video de una vez que volvían de 2 semanas de vacaciones y los perros solo corrieron hacia Andrea, ignorando claramente al ex-esposo.
✅ Documentos de las visitas al veterinario, en los que siempre aparecía el nombre de Andrea y ni rastro del ex-esposo.
✅ Fotos familiares en las que los perritos siempre estaban cerca de Andrea.
✅ Incluso una captura de una conversación reciente de una vez que Andrea estuvo con su familia unos días, y el ex-esposo le escribió para preguntarle cómo colocarle el arnés a cada perro porque (literalmente) «están huyendo de mi y no me dejan colocarle su arnés».
La adiestradora recogió toda esa información en un informe súper favorable para Andrea, el caso pintaba bien, pero… ¿sería suficiente para ganar un juicio?.
Paso #3: Jonathan, ¿Vamos a juicio?
Andrea ya tenía su bomba en la mano: El informe de la adiestradora que justificaba que los perritos estarían mejor si vivían con ella el 100% del tiempo.
En ese momento, tomó el primer consejo de su abogado (intenta no ir a juicio) y volvió a intentar hablar con su ex-esposo:
Uno de esos fines de semana en los que se tenían que ver para intercambiarse a los perros, ella le pidió hablar unos minutos y obviamente soltó su bomba:
Andrea: «Esta es la situación: los dos sabemos que los perros van a estar mejor si están siempre conmigo y no con esta jodedera de una semana acá y la otra allá. Le compartí algunos videos e imágenes a una adiestradora y dice que está claro que los perros no están cómodos con tu presencia. Mira el informe que escribió…»
Ex-esposo: «Ya, pero están a mi nombre, tengo derecho a tenerlos. Me gusta tener perro»
ANDREA:
«Yo te compro un perro si tú quieres, pero estos dos van a estar mejor conmigo. Jonathan, la otra opción es que vayamos a juicio y le demuestres a un juez que los perros van a estar mejor contigo»
Él: «Bueno, cómprame un perro y te quedas estos dos…»
Éxito 🥳
Juicio evitado.
Él sabía que perdería si iba a juicio.
Ganó Andrea por esforzarse en conseguir a sus perritos, mientras él no hizo nada (eso ya demuestra bastante, ¿no?).
Obviamente aquello no quedó solo en palabras, y firmaron un acuerdo legal ante notario que más o menos decía tres:
1️⃣ Andrea se quedaría con los perros el 100% del tiempo.
2️⃣ Él no podría reclamar nunca más tener a esos perros.
3️⃣ Él tendría 3 meses para elegir un perrito de un criadero responsable y ella lo pagaría.
A Andrea le iba a costar aquello algunos cientos de dólares para comprarle un perrito a su ex-esposo, pero ya nunca más tendría que separarse de sus mascotas.
Triunfó quien le puso más ganas y amor a sus perritos.
P.D: Espera porque aún queda el remate de todo este chisme, lo tienes un poco más abajo.
🌎Países bien preparados con sus leyes… y otros países más atrasados
Ojo, esto no es igual en todo el mundo.
El caso de Andrea fue en Estados Unidos, y allá o en otros países como España las leyes ya consideran a las mascotas como miembros de la familia en casos de separación. Son países con mucho camino avanzado.
Sin embargo, en países como Chile, aunque existe la Ley Cholito sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, no hay regulación sobre custodia compartida (aún).
Además, no es un tema únicamente de leyes. Tampoco está en la cultura de la mayoría de las parejas resolver pacíficamente estos temas.
📊 De hecho, una encuesta publicada en rover.com reveló que el 56% de las parejas jamás discute este tema, y obviamente cuando hay una separación, toda esa gente tiene problemas para decidir qué hacer con las mascotas.
De ahí vienen problemas como el de Andrea.
Así que si quieres prevenir conflictos, puedes hacer algo que ya se suele hacer por ejemplo en Estados Unidos: Incluye a tus mascotas en el acuerdo prenupcial, al mismo nivel que los hijos o las propiedades.
Si antes de casarte ya escribes qué pasará con tu casa actual, o con la plata ahorrada por la pareja en caso de separación, ¿por qué no acordar pronto qué hacer con las mascotas?
Ojalá que no tengas que pasar por un divorcio como Andrea, pero si llega a suceder, mejor si estás preparado.
Un dato curioso
Investigando sobre este tema, encontramos este caso de un divorcio en el que la mascota en litigio era… ¡un erizo! 🦔
😅 ¿Te imaginas un juicio por decidir quién se queda con una mascota que rueda y te pincha?
Bueno, dicen que el amor es ciego (y en este caso, parece que también es indoloro).

El remate del chisme de Andrea
Te hemos contado que en el acuerdo final entre Andrea y su ex-esposo, él tenía el derecho durante 3 meses a elegir un perro de un criadero y que Andrea lo pagase.
Bueno, ¿sabes qué perrito eligió el ex-esposo?
Ninguno 😳
¿Se le olvidó quizás?
Está claro que el ex-esposo de Andrea tenía cero ganas de tener mascotas.
Ni gratis quiso un perro 🤦♀️
Parece que solo intentaba molestarla durante la separación y se asustó (💩) cuando le hablaron de juicio…
¿Tienes alguna historia que contar sobre mascotas?
Igual que la historia de Andrea y su divorcio ha podido ayudar a alguna persona que esté en esa misma situación, quizás tú tienes una buena historia con tu mascota que puede ayudar a otros.
📩 No sabemos si tu historia será triste, bonita, alegre, divertida… El caso es que si crees que puede ser interesante para otros, escríbenos a hola@pelosenlaropa.com y nos la cuentas.
Si nos das permiso, esa historia podría aparecer en alguna próxima edición de esta Newsletter.